La tarea del profesor universitario no es meramente informativa, se orienta a formar hábitos intelectuales y morales que son la base de la formación de agentes de cambio en la sociedad.
Por Genara Castillo. 11 julio, 2018.
En el Día del Docente Universitario viene bien preguntarnos, ¿cuáles son sus características y su rol? La docencia es una tarea apasionante porque tiene el reto de construir el país a través de dos tareas claves: la investigación y la docencia, que se retroalimentan constantemente.
Es compartir el saber, pero para darlo antes hay que tenerlo. Eso conlleva muchas horas de investigación, de observación atenta y aguda, preguntándose sin parar y razonando con rigor, actualizándose, escuchando, dialogando y pensando horas y horas.
Un profesor universitario no es un simple repetidor de lo que dicen otros autores, es un investigador. Se implica en la tarea apasionante de conquistar el saber para darlo y eso se nota en las clases, en las que “añade” lo investigado.
Su labor es también estudiar y pensar. No estudia solo lo que otros escriben sino que se atreve a preguntar los supuestos que hay detrás de lo que sostienen, eso es el pensamiento crítico: preguntarse los porqués cada vez más profundos, para descubrir los paradigmas o planteamientos, las visiones, que están en el fondo de los diversos saberes, sobre el universo, el ser humano, la sociedad, y atreverse a cuestionarlos.
Sin este ejercicio, no puede ayudar a pensar a los alumnos. La tarea del profesor universitario no es meramente informativa. Él se orienta a formar hábitos –intelectuales y morales–, que es el secreto mejor guardado de la innovación y la base de la formación de agentes de cambio en la sociedad.
De ahí que el aporte de un profesor universitario sea de primera magnitud, porque es un motor, un líder, que está en el centro mismo de los cambios sociales y los genera de una manera pacífica, pero eficaz, en profundidad.
Y, de modo especial, es un maestro, por su ejemplaridad, por su búsqueda incansable de la verdad, su afán de diálogo y respeto a las diversas opiniones. Trasmite valores de humanidad, solidaridad, veracidad, compasión, honestidad, humildad. Con todo ello, ayuda a generar profesionales bien formados y agentes de cambio para lograr el desarrollo del país.
